Actualmente está a cargo de la Dirección General de Hoteles Pueblo Bonito
En enero del 2017 cumplo 25 años de vivir en Los Cabos. Me toco el crecimiento de Los Cabos, cuando llegué eran muy pocas las calles pavimentadas. Viví en el pueblito que era este puerto, celebraba hasta que se abriera un supermercado.
Mi experiencia dentro de la Asociación ha sido durante 25 años. Cuando empecé a colaborar con los Señores Coppola en el hotel Finesterra en 1992, ellos me invitaron a las reuniones, eran pequeñas, participaban muchos desarrolladores.
Así fui aprendiendo e integrándome, inicié como un oyente, después participé en diferentes mesas directivas, en diferentes puestos, hasta que fui elegido como presidente. Conozco la dinámica de la Asociación de Hoteles, desde sus grandes logros hasta sus momentos de fragilidad.
Soy de la filosofía que un buen líder es aquel que reconoce que se debe rodear de gente que sabe más que él, eso fue lo que hice cuando estuve en la presidencia. Busqué para que fueran parte de la mesa directiva a colegas que sabían más que yo. Invité a Patrick Sanchez, Ella Messerli, Ricardo Orozco y Arturo Nasser, los cuatro me acompañaron por dos años.
El mayor reto fue abrir nuevas rutas aéreas hacia Los Cabos, y se volvió una de las gestiones con más dinamismo para lograrlo. Hicimos un reglamento, muy polémico en su momento, con un sistema de incentivos en el cual le dábamos preferencia a motivar a las líneas aéreas comerciales para que volaran todo el año al destino. Bajamos el incentivo a las charteras, las apoyamos si volaban de un destino donde no tuviéramos una ruta de línea aérea comercial que lo cubriera.
El tema del incremento de vuelos fue fundamental, y se logró más allá de lo que habíamos pronosticado. Era tan importante el beneficio de los vuelos de destinos nuevos, que en las posadas navideñas de la Asociación parte importantísima en mi mensaje como presidente a compañeros y colegas, era informar sobre ellos. Recitaba de memoria todos los destinos internacionales que se iban sumando, con nuevos vuelos a Los Cabos.
Me da mucho gusto, ver el fruto de las semillas que junto con mis compañeros y colegas fuimos sembrando. Cuando estoy en el aeropuerto y veo el número de aviones parados en la plataforma y una gran cantidad de pasajeros, se aprecia la actividad económica del destino. Me llena de satisfacción, mi equipo y yo aportamos un granito de arena en lo que sucede hoy.
Seguramente los que hoy están dirigiendo la Asociación de Hoteles y otras cámaras, asimismo están poniendo su trabajo como ejemplo a futuras generaciones.
Nosotros empujamos mucho en esa administración el tema de imagen urbana de Los Cabos. Somos de los pocos, sino es que el único destino turístico de este país que no tiene espectaculares. Hicimos una gestión de dos años incansable para lograr que se retiraran los espectaculares que estaban instalados, y se regulara el tema de anuncios luminosos.
Sobre el tema de grafiti, trabajamos también, inclusive mandábamos a nuestro personal con pintura a pintar el grafiti hasta el aeropuerto.
El destino tiene grandes retos, no todo es color de rosa. La excelencia, que todo mundo buscamos se nutre del error, de la falla, de las áreas de oportunidad, si no tienes autocrítica, como empresa, destino o como persona estas en serios problemas: No permitir que la soberbía nos bloquee como destino para ver, escuchar y darnos cuenta donde están nuestras verdaderas áreas de mejora.
La parte más frágil de cualquier agrupación es la mantener la unidad, no importa cuál sea el sacrificio que se tenga que hacer. El adversario siempre va a buscar la división.
Siempre me gustó la parte operativa, la parte política, de cabildeo, la búsqueda de acuerdos y sobre todo hacer fuertes a mis compañeros de la mesa directiva, a los responsables de las diferentes operaciones, administración, mercadotecnia. Me gustaba hacer fuerte a mi comité, a todos y cada uno. Yo los tenía que hacer fuertes, porque todos tenemos opiniones distintas. Tienes que proteger, apoyar cuando se defina una propuesta, te tienes que convertir en el soldado, en el custodio para que los acuerdos de asamblea se cumplan cabalmente.
Si volviera a estar en el cargo, volvería a hacer lo mismo, aunque las circunstancias y los tiempos han cambiado bastante. Retomaría y empujaría el liderazgo de la Asociación, no se debe perder nunca. Es un punto que puede ser frágil, porque cada vez hay más jugadores en el destino. Hacer todo lo que se tenga que hacer para mantener fuerte a la Asociación de Hoteles.